06 noviembre 2006

Experiencias Inolvidables IV


Al igual que en el rafting, la sensación de velocidad es algo que te tiene que gustar para realizar esta actividad y aparte no tienes que tenerle miedo a las alturas. La diferencia es que el medio donde se realiza el Canopy no es en el agua sino el aire!! Literalmente colgando. Un amigo trato de vencer el miedo a las alturas y no le resultó, pero lo importante es probarlo por uno mismo, también hay veces en que llegando a la plataforma en la copa del árbol no sientes el miedo y te tiras igual.

Lo bueno de esta actividad es que la puedes realizar durante todo el año. Importante al contratar el servicio es asegurarse de los seguros asociados a la actividad, y que sea un operador de turismo conocido y con años en el mercado. No olvidarse de llevar cámara de fotos, ropa cómoda (porque el arnés de montaña te aprieta como arrollado de huaso) y zapatillas para tener algo suave con lo que frenar contra el árbol jeje. Aparte complementas el equipo con mosquetones, cintas tubulares, poleas y guantes. Recomendado para mayores de 12 años, cualquier persona puede hacerlo, sin límite de peso…. ya que los cables de acero que se utilizan para desplazarse aguantan el peso de un auto (son diseñados e importados especialmente para este deporte).

El circuito está en el km 10 camino a Caburga, tiene cerca de 1.200 metros de largo y dura aproximadamente una hora y media. La aventura comienza desde una plataforma de madera que está a unos 20 mts de altura con una línea (o cable) de 70 metros de largo, por el cual se cruza un brazo del río Trancura, (pudiendo observan una vista maravillosa) y así continúan sucesivamente tramos de 40 a 140 mts de largo hasta totalizar 10 líneas, cada una de ellas con plataformas y con alturas máximas de hasta 25 mts, desde donde se pueden tomar velocidades de hasta 40 Km./hrs.

Aunque uno puede llegar a pensar que los árboles son todos iguales, el trayecto se realiza entre especies nativas como coihues, robles y ulmos, los que están dentro de una isla formada por el mismo río Trancura. Lo bueno es que uno va controlando la velocidad según vaya frenando con el guante, pero esa sensación de velocidad libre de balsas o autos es bien especial. La verdad es que después de terminar el trayecto uno queda con las revoluciones bien altas y con ganas de seguir tirándose por un buen rato. Como es una actividad de medio día, uno puede combinarla con el rafting y sentir la diferencia entre velocidades de medios distintos. Muy entretenido para hacer en grupos también, y poder realizar competencias de tipo postas. No olvidar el cepillo o la peineta, porque el peinado al viento te lo regalo….
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