Descuido del Patrimonio Cultural y Ecológico Chileno II

Foto: Goethe Institut

Hubo un tiempo en que la economía de Chile se basó principalmente en el salitre. Lo que queda de aquella época son ciudades fantasmas que en algún momento pudieron tener más de 5 mil personas, y todos los establecimientos necesarios para que funcionara como tal. En algunos casos se han invertido recursos para recuperar parte de esta historia maravillosa de nuestro pasado, y en otros lamentablemente hemos tenido que seguir aguantando la estupidez de los mismos desadaptados y marginales de siempre que rayan con spray nuestra historia, nuestro patrimonio, nuestra riqueza. Y peor aún, hay algunos imbéciles e inescrupulosos que por algunas lucas entran a sitios patrimoniales y empiezan a destruir nuestro pasado, como es el caso de la Oficina Salitrera Chacabuco.

Ésta tiene una extensión de 36 hectáreas que se divide en una parte urbana y otra industrial. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1971. Si pensamos que la mayoría de las oficinas dejaron de funcionar entre el 40 y el 60, aún me pregunto porqué en el caso de Chacabuco se demoraron más de 30 años en declararlo Patrimonio.

Actualmente, en Chacabuco se han registrado muchos saqueos, entre ellos el de 5 estúpidos que se estaban llevando 60 vigas de pino oregón!! Increíble… da para pensar que hay una red de delincuentes destruyendo la Oficina, y no sólo esta, sino que la mayoría. Lo positivo es que las estructuras básicas aún existen y son un testimonio invaluable de la esforzada vida en la pampa salitrera.

Al menos entre el 2000 y el 2002, la Minera Doña Inés de Collahuasi, en su plan de responsabilidad social o inserción en la comunidad, gestionó un proyecto para realizar un catastro del Patrimonio Cultural de Iquique. Fueron dos años de investigación y recopilación de la información, en un trabajo que el Estado debería haber invertido hace mucho tiempo. Ni hablar de la importancia del pasado precolombino, de la historia del salitre, de la Guerra del Pacífico y de una serie de otros factores que conforman la idiosincrasia nortina. Al menos se ha empezado a hacer algo, pero queda mucho trabajo por hacer, y es hora de exigirles a nuestras autoridades que inviertan en el cuidado y restauración de nuestro Patrimonio.