El Destape Social de Chile
Muchos seguramente sienten vergüenza y culpa por su desnudez, nada de raro considerando que estos miedos y culpabilidades judaicas se traspasan mayoritariamente desde la religión occidental. Afortunadamente para mí nada de eso está en mi ser, ni la religión, ni las culpas, ni los miedos, ni la falta de aceptación por mi cuerpo. Cuando vemos que en pleno siglo XXI hay gente tan retrógrada, tercermundista, estrecha y ridícula (para no decir calificativos más duros) que piensan que la desnudez o el cuerpo humano en su esencia es inmoral y pornográfico, más me molesta la influencia de la Iglesia en la vida de algunos.
El 30 de junio de 2002, en pleno invierno, miles de chilenos se olvidaron de estos miedos, dejaron de lado su vergüenza y salieron muy temprano a liberarse, entretenerse y a expresarse como nunca antes la sociedad chilena lo había hecho. Ese día un fotógrafo estadounidense fue capaz de congregar 5 mil chilenos, que vencieron los 0º que habían en Santiago, se posaron sobre el pavimento y fueron retratados en este hito que marcó un cambio social. Esto no es menor considerando que en Sao Paulo no se reunieron más de 1.500 personas y en Buenos Aires la cifra bordeó las 500. El mismo Tunick pensaba que aunque se hubieran inscrito 2 mil personas, sólo unas 400 llegarían el encuentro.
A pesar de las protestas de los evangélicos (quienes piensan que es una agresión a los valores ético-morales) y de los comentarios inquisicionistas de la iglesia, del intento de suspender este acto incluso presentando recursos legales que no fueron admitidos y de la baja temperatura, los chilenos comprendieron que esto era algo que iba dejar un huella profunda en la sociedad, en cuanto fue una respuesta a una represión mental que en algún momento iba a estallar.
Un efecto muy parecido sucedió en España cuando murió Franco, actos jamás vistos fueron realizados, la desnudez como nuca antes tomaba protagonismo y la sociedad maduró hacia nuevos estadios sociales. Hubo libertad de expresión, pero no sólo en el plano sexual, también se decían cosas en relación a los gobernantes, las autoridades ahora escuchaban aquello que antes se guardaba, todo eso llevó a una discusión de temas de índole valórica que quizás aquí no habíamos tenido.
Era el momento de entendernos, analizarnos, reflexionar acerca de nuestros valores, de nuestra visión como sociedad, de qué es aceptable y qué no, y de cómo la desnudez ya tenía que incorporarse a nuestras vidas de una buena vez. Todo esto fue una oportunidad para potenciar el arte también, abrir nuevos campos de expresión y liberarse de los miedos y culpas ancestrales.
Eso sí, debemos acordar que a pesar de todo lo anteriormente expuesto, es algo que se sumó a una serie de aperturas que sufrió nuestra sociedad en la década del ‘90. Sólo por nombras algunos temas, los chilenos queríamos tener ley de divorcio, aborto legal, ley contra la censura, convivencia antes que matrimonio, pérdida de valor de la virginidad etc. Y aunque no pude estar en Santiago para esa fotografía, estoy feliz de poder ver 4 años más tarde telenovelas nocturnas con desnudos y donde se tratan temas sociales sin tapujos.
El 30 de junio de 2002, en pleno invierno, miles de chilenos se olvidaron de estos miedos, dejaron de lado su vergüenza y salieron muy temprano a liberarse, entretenerse y a expresarse como nunca antes la sociedad chilena lo había hecho. Ese día un fotógrafo estadounidense fue capaz de congregar 5 mil chilenos, que vencieron los 0º que habían en Santiago, se posaron sobre el pavimento y fueron retratados en este hito que marcó un cambio social. Esto no es menor considerando que en Sao Paulo no se reunieron más de 1.500 personas y en Buenos Aires la cifra bordeó las 500. El mismo Tunick pensaba que aunque se hubieran inscrito 2 mil personas, sólo unas 400 llegarían el encuentro.
A pesar de las protestas de los evangélicos (quienes piensan que es una agresión a los valores ético-morales) y de los comentarios inquisicionistas de la iglesia, del intento de suspender este acto incluso presentando recursos legales que no fueron admitidos y de la baja temperatura, los chilenos comprendieron que esto era algo que iba dejar un huella profunda en la sociedad, en cuanto fue una respuesta a una represión mental que en algún momento iba a estallar.
Un efecto muy parecido sucedió en España cuando murió Franco, actos jamás vistos fueron realizados, la desnudez como nuca antes tomaba protagonismo y la sociedad maduró hacia nuevos estadios sociales. Hubo libertad de expresión, pero no sólo en el plano sexual, también se decían cosas en relación a los gobernantes, las autoridades ahora escuchaban aquello que antes se guardaba, todo eso llevó a una discusión de temas de índole valórica que quizás aquí no habíamos tenido.
Era el momento de entendernos, analizarnos, reflexionar acerca de nuestros valores, de nuestra visión como sociedad, de qué es aceptable y qué no, y de cómo la desnudez ya tenía que incorporarse a nuestras vidas de una buena vez. Todo esto fue una oportunidad para potenciar el arte también, abrir nuevos campos de expresión y liberarse de los miedos y culpas ancestrales.
Eso sí, debemos acordar que a pesar de todo lo anteriormente expuesto, es algo que se sumó a una serie de aperturas que sufrió nuestra sociedad en la década del ‘90. Sólo por nombras algunos temas, los chilenos queríamos tener ley de divorcio, aborto legal, ley contra la censura, convivencia antes que matrimonio, pérdida de valor de la virginidad etc. Y aunque no pude estar en Santiago para esa fotografía, estoy feliz de poder ver 4 años más tarde telenovelas nocturnas con desnudos y donde se tratan temas sociales sin tapujos.
1 Comments:
Okey.. es un avance.. pero a este país le falta muchísimo!
El pensamiento de la iglesia aún es seguido por muchos que ven todo esto como antinatura.. la evolución es algo necesario para la sociedad.. ojalá se siga experimentando..
Para el tema de Tunick quedó reflejado.. de cuanta gente necesitaba liberarse.. creo que fue un inicio importante..
Bye!
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