Experiencias Inolvidables XI
En 1994 La Roja fue a París y perdió con los anfitriones por 3 goles a 1. Ese era un partido de ida y vuelta, por lo que sólo había que esperar para que los galos pisaran territorio nacional y jugaran el partido de vuelta. Pasaron los años, y una agradable tarde del 1 de septiembre de 2001 fue la fecha elegida para este partido.
Yo estaba cesante pero igual tenía unas lukitas reservadas para el encuentro. Mi primo se consiguió un auto con su ex suegro y vinimos los tres al Nacional a ver el partido. Como vivíamos en Viña había que salir con tiempo. Nos anduvimos demorando un poco en salida, y no me acuerdo por qué motivo nos tuvimos que venir por la cuesta… más encima el auto tenía mala la 5ª, así que metiéndole chala al carro como se pudiera, en 4ª y a 120 km se imaginarán como venía el auto. A pesar de eso, llegamos tipín 14 horas al estadio. Después de ubicar los asientos y de tomarse su buena coca, comerse algún maní para matar el hambre, dieron las 15 horas en Chile continental.
El ambiente era espectacular, todo el mundo con La Roja, banderas chilenas por doquier, C-H-I surgían espontáneamente en todas las graderías, un Nacional repleto con 80 mil personas y todos expectantes. Salen los equipos al césped del nacional, se cantan los himnos nacionales y se sueltan globos tricolores. Francia llega como un equipo super estelar, fueron campeones del mundo en 1998 y de la última copa europea de naciones. Llega con todas sus estrellas, como Zidane, Petit, Thuram, Desailly, el arquero Barthez, Djorkaeff, y Lizarazu, por nombrar a algunos. La hinchada estaba alentando con todas las ganas y el partido era apretado.
En Chile Zamorano tenía 34 años y estaba retirándose de la selección, la que era dirigida en ese entonces por Pedro García (sin comentarios). Tras una excelente jugada de Zamorano esquivando a su marcador, centra y Pablo Galdames remata abriendo el marcador y generando la algarabía de los asistentes que no parábamos de alentar al equipo. Sin embargo, el partido no era fácil y Francia también hacía gala de sus finos toques y de porqué Zidane era el mejor jugador del mundo. Pero tuvimos la fortuna de convertir una segunda oportunidad por medio de Reinaldo Navia, causando locura total en el estadio. Chile le ganaba a los campeones del mundo y nadie podía creerlo. La barra coreaba el nombre de bam bám, ya que era el último partido del capitán por la selección, y qué buena manera de despedirse. El tiempo transcurría y quedaba poco para terminar el partido, Francia se encuentra con el gol, pero no es suficiente para empañar uno de los mejores partidos de La Roja en ese año, un partidazo donde Chile se tomó La Bastilla.
Yo estaba cesante pero igual tenía unas lukitas reservadas para el encuentro. Mi primo se consiguió un auto con su ex suegro y vinimos los tres al Nacional a ver el partido. Como vivíamos en Viña había que salir con tiempo. Nos anduvimos demorando un poco en salida, y no me acuerdo por qué motivo nos tuvimos que venir por la cuesta… más encima el auto tenía mala la 5ª, así que metiéndole chala al carro como se pudiera, en 4ª y a 120 km se imaginarán como venía el auto. A pesar de eso, llegamos tipín 14 horas al estadio. Después de ubicar los asientos y de tomarse su buena coca, comerse algún maní para matar el hambre, dieron las 15 horas en Chile continental.
El ambiente era espectacular, todo el mundo con La Roja, banderas chilenas por doquier, C-H-I surgían espontáneamente en todas las graderías, un Nacional repleto con 80 mil personas y todos expectantes. Salen los equipos al césped del nacional, se cantan los himnos nacionales y se sueltan globos tricolores. Francia llega como un equipo super estelar, fueron campeones del mundo en 1998 y de la última copa europea de naciones. Llega con todas sus estrellas, como Zidane, Petit, Thuram, Desailly, el arquero Barthez, Djorkaeff, y Lizarazu, por nombrar a algunos. La hinchada estaba alentando con todas las ganas y el partido era apretado.
En Chile Zamorano tenía 34 años y estaba retirándose de la selección, la que era dirigida en ese entonces por Pedro García (sin comentarios). Tras una excelente jugada de Zamorano esquivando a su marcador, centra y Pablo Galdames remata abriendo el marcador y generando la algarabía de los asistentes que no parábamos de alentar al equipo. Sin embargo, el partido no era fácil y Francia también hacía gala de sus finos toques y de porqué Zidane era el mejor jugador del mundo. Pero tuvimos la fortuna de convertir una segunda oportunidad por medio de Reinaldo Navia, causando locura total en el estadio. Chile le ganaba a los campeones del mundo y nadie podía creerlo. La barra coreaba el nombre de bam bám, ya que era el último partido del capitán por la selección, y qué buena manera de despedirse. El tiempo transcurría y quedaba poco para terminar el partido, Francia se encuentra con el gol, pero no es suficiente para empañar uno de los mejores partidos de La Roja en ese año, un partidazo donde Chile se tomó La Bastilla.
2 Comments:
Hola Mr. que poético eso de que Chile se tomó la Bastilla, andabas inspirado parece.
Respecto a Closer debo decir que es una de las pocas obras de taetro llevada diganmente a la pantalla. Estoy de acuerdo por lo freak, pero el argumento me ganó y la música es bellísima y que mejor que la versión en portugués, me superó, jajaja.
Nos leemos
Peace
Nunca he ido al estadio .. es como un sueño no realizado.. (saa) dicen que se liberan todas las neuras porque puedes gritar todo lo que quieras..
Ese partido debe haber sido emocionante.. buen recuerdo..
Bye!
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