27 diciembre 2006

¿Cómo se paga ante la sociedad?

Hace aproximadamente una década atrás… uf.. cuando estaba en la UVM en el ramo de periodismo tuvimos que hacer una revista que tocara temas de índole social. Ese año nosotros decidimos investigar acerca de la situación en la que viven los reos en el sistema penitenciario de aquella época. Si bien la cárcel de Valparaíso se trasladó a otro sector, con edificaciones nuevas, les aseguro que aún hay muchos recintos penitenciarios en Chile en donde se vive esta realidad extrema. En aquél entonces la penitenciaría de Valparaíso tenía una capacidad para albergar a 400 reos, siendo que se encontraban 1100 internos en dicho recinto. Estas cifras, más allá de reflejar una evidente falta de infraestructura, despiertan interés por dilucidar si estas mínimas condiciones son merecidas o no por quienes cumplen con sus faltas a la sociedad.

Las actividades en la Penitenciaría de Valparaíso comenzaban temprano en la mañana a eso de las 8:30 am, momento en que se efectuaba el conteo de la población total de internos, después del cual los reos se dirigían a sus actividades de “rehabilitación”, aunque muchos de ellos la ponían en duda, en cuanto a su verdadero éxito (yo también, y la verdad es que no sé si estoy muy interesado en rehabilitar a violadores y asesinos)

Entre estas actividades de rehabilitación, se encontraba el taller de serigrafía, el cual tenía por objetivo la creación de distintivos para diferentes productos y clientes -cabe destacar que la mayoría de los trabajos que ellos realizaban eran para la ciudadanía-. Otro taller era el de carpintería, en donde uno de los casos más ejemplares, era el de Patricio Miano, actualmente debe tener unos 48 años, quien desde los 13 hizo del delito su profesión; aprendió con el tiempo, según sus propias palabras, que mediante el trabajo, el esfuerzo y la dedicación, podía llegar a ser una persona con posibilidades de que la sociedad realmente lo acepte. Él ya cumplió su condena y se ha convertido en un microempresario que da trabajo a otros compañeros. Él consideraba que “las relaciones con gendarmería eran bastante buenas, ya que ellos nos trataban como personas, lo cual nos ayuda a rehabilitarnos”. Esta opinión no era compartida por otros reos, quienes consideraban que los tratos de gendarmería no eran los mejores.

En sus ratos libres, los internos en rehabilitación podían leer o ver TV, pero gastaban casi todo su tiempo trabajando, desde la 9:00 am hasta las 17:00 hrs. A las 13:30 se efectuaba el almuerzo, que era hecho por 8 reclusos, actualmente con lo crecido de la población penitenciaria deben ser varios más. A partir de las 14:30 los internos quedaban libres para recrearse en pasatiempos tales como la popular “pichanga”, juego de cartas, pool, dardos y ping-pong. Aquellos que no hacían ninguna actividad, se limitaban a observar los partidos, a conversar y a escuchar la radio.

El segundo conteo se realizaba a las 17:00 hrs., después de lo cual se reintegraban a sus actividades normales. Los familiares y amigos de los reos podían visitarlos tres veces a la semana, los días domingo, martes y jueves, siendo contados en tales ocasiones tres veces. Un aspecto importante de precisar, es la subdivisión interna de reos que existía en la cárcel, para tratar de separar las condiciones que presentaban los condenados. De esta forma, se encontraba un sector para homosexuales, otro para alcohólicos, dementes, el famoso “bunker”, que es donde llegaban los reos de mayor peligrosidad, y en donde no nos fue permitido entrar, ya que según palabras del asistente social, “si los dejo entrar, los cuelgan”, y por último se encontraba la población, que es la sección conformada por la mayoría de los reclusos. Una situación distinta vivían los menores de 18 años y los detenidos, quienes dormían en unos containers, aislados por una reja de los demás habitantes de la penitenciaría.

Después de ver estas condiciones y muchas veces la precariedad de la cárcel, a uno le queda una gran disyuntiva respecto de cuál debe ser la actitud para con ellos. Por un lado debe existir la posibilidad de rehabilitarse, sí, pero por otro tampoco se puede estar esperando que reos reincidentes por quinta vez aún salgan libres. Yo como ciudadano prefiero pagar mis impuestos y asegurarme que el tipo que robó, mató o violó se pudra dentro, y que aquellos que se están iniciando tengan penas que los hagan reflexionar y que posteriormente les permita volver al mundo civil. La piedra de tope es la justicia… no vamos a decir que en Chile es una de las instituciones más destacadas… pero bueno, habremos de esperar que el día de mañana tengan un criterio más uniforme, más claro y efectivo. Por mientras muchos de esos reos que conocí esa vez están ahora en una cárcel mucho mejor, en mejores condiciones y eso ya es gran cosa, para quien se le ha castigado por faltar a las mínimas condiciones de convivencia entre coterráneos.
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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Holaaa que bueno verte nuevamente por mi blog...espero que lo hayas pasado muy bien en la Navidad junto a tu gente.

Un Abrazo.

pd: comentaría tu post, pero soy sincera, estoy con una flojera tremenda y necesito inspirarme para poder escribir algo coherentes.

12:18 a.m.  
Blogger Elisa said...

Uhmz ... tengo sentimientos encontrados con el tema. Por un lado, mi angelito "social" que piensa que la rehabilitación y capacitación es una alternativa posible para una futura reinserción social de estos delincuentes y por otro lado, mi diablita "facista" que a ratos piensa que deberían exterminar a toda esa lacra que no aprende y una y otra vez vuelve a reincidir.
Lo que siempre discutimos, hasta donde es justificable manosear el tema de los DDHH, y no tener pena de muerte, etc.
Creo que cada uno sabe donde apreta el zapato, el punto es que cuando te violan una hija, te asesisan a un hijo por un par de zapatillas o 100 pesos, te balean al papá por que te cruzo un par de palabras, no hay discurso que valga.
Respecto las cárceles, esta claro que muestan la deficiencia "estructural" debido a la sobrepoblación penal, recordé cuando vimos el reportaje se Suecia, esas cárceles que parecían hoteles.
Besos!

PD: Quedó lindo el template, jo jo jo.... merecida porción de papas fritas! La última del año! ... ja ja ja ....

9:24 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

mmm... asi como describes el asunto no suena tan mal, obviando el hecho de que estan encerrados. Creo k al verlo es mas triste: el hacinamiento, las caras, etc... Con el tiempo he llegado a creer k en ciertos casos no es posible la rehabilitacion de los delincuentes en términos de reintegrarlos a la sociedad. Pero si se deben tener muy presentes los derechos de las personas, por muy delincuentes k sean. Yo no creo k el fin de la carcel sea "castigar" al delincuente..."castigar" como si es estado fuera tu papa y el delincuente tuviera 5 años... naa yo creo k el fin de la carcel es proteger los derechos del resto de las personas ante el peligro de k el delincuente los vulnere.
Pero en la mayoria de los casos pienso k es posible la rehabilitacion. Pero lo mas importante a hacer es evitar k esas personas se vean arrastradas a eso por este sistema injusto k no les da muxa oportunidad de hacer nada mas, ahi esta lo central del asunto, en trabajr para no tener k rehabilitar gente.
Saludos!!!
Rein.... ya se me olvido como era
jajajaja
Bayes!!!

9:37 p.m.  
Blogger Mariela said...

Si quieres que sea sincera, no creo en la rehabilitación de los reos. Por qué... por el simple hecho de que la cárcel es la mejor universidad para aprender a delinquir. Se produce el efecto "contagio".

También es cierto que todos merecemos una nueva oportunidad... pero ni cagando una quinta :s

El problema acá es la justicia, si tal vez fuer amás dura, eficaz y eficiente, las cosas serían distintas.

Un muy feliz Año Nuevo para uté y la Elita =D

Nos vemos!!
Chau =P

11:20 p.m.  

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